jueves, 6 de septiembre de 2012

El placer de dormir escuchando el mar

Una de las cosas que más me gusta en la vida es dormir escuchando las olas del mar (y el olor a arroz cuando está apunto de ser cosechado, pero eso es otro tema).

Son detalles que das por sentado en la vida, que los disfrutas pero no los valoramos suficiente y que normalmente añoramos cuando estamos fuera de casa.

Lo que pasa con estas cosas es que son perecederas con el tiempo. Hubo un verano, allá por mis 17 que crecí mucho como para dormir en una cama usual, y en mi casa había un sofá cama muy grande, que de repente pasó a ser la mejor cama que siempre he tenido, donde dormir a mis anchas. Ahí empecé a ver series, viví pascuas y noches fin de año, hubieron manchas memorables y fue la ubicación de muchas historias memorables.

Gran sofá que anoche se rompió , ahora el descansará en paz, pero yo no.

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